Todos queremos volver a los momentos en los que éramos
felices. Nos pasamos la vida queriendo ser mayores, hasta que nos damos cuenta
de cómo disfrutábamos siendo niños.
Siempre que recuerdo mi infancia me vienen a la mente los
momentos más felices de mi vida. Recuerdo la navidad, los regalos, la ilusión
que me hacía todo: ilusión que ahora se ha desvanecido. Recuerdo los veranos,
largos, interminables. Todos pasan volando por mi mente. Recuerdo el sol, la
playa, los momentos compartidos con la familia… lo recuerdo todo. Todas esas
emociones que ahora me faltan.
Recuerdo con nostalgia el primer y el segundo amor. Aquellas
chicas que marcaron mi vida, haciéndome pasar los momentos más felices que
jamás he vivido hasta ahora. Momentos en los que por ellas me abstraía de la
realidad, huía a mi propio mundo y era feliz en él. Quiero volver a sentir
todas esas cosas…
Necesito volver a los tiempos de antes. Quiero volver a
poder ser yo mismo sin estar a preocuparme de lo que piense la gente. Quiero
volver a pasar las tardes con aquellos amigos inolvidables, que por desgracia
fueron cambiando a lo largo del tiempo. Quiero vivir un último momento con
ellos, quiero que sepan que me marcaron para toda la vida y que jamás olvidaré
cómo eran antes. Quiero decirles que me llegaron a importar de verdad y que sin
ellos no sería nada. Quiero que todo vuelva a ser igual.
Fueron pasando los años, y con ellos mi autoestima. Los
amigos, aquellos con los que tantos momentos había pasado cambiaron, para bien
o para mal, y me fui alejando de ellos. Otros ocuparon su lugar, si, y tampoco
todos se fueron, pero no puedo evitar el querer con todas mis fuerzas volver a
los tiempos en los que me sentía a gusto con ellos, aquellos con los que
consideraba que podía ser feliz. Echo de
menos todo su apoyo moral, las risas, los disgustos, las tardes y las noches
hablando con ellos, y todos aquellos momentos por los que daría todo, con tal
de volverlos a vivir. Quiero que cada
día vuelva a ser una aventura, sin rumbo fijo, saliendo a la calle sin más. No
quiero la rutina que me acompaña todos los días a mi espalda. Sin cambiar nada,
sin cambiar a nadie, sólo quiero volver atrás. Pero sé que no puedo, al igual
que tampoco puedo negar que alguna lagrima ha caído al teclado mientras
escribía esta entrada.
Con el tiempo algunos se alejaron de mí, y yo fui lo suficientemente
inteligente para dejarlos ir. Los que se quedaron, gracias, porque son los que
de verdad vale la pena. Sin embargo, los tiempos más felices que me ha tocado vivir,
no son los de ahora.
Solo quiero vivir otro día perfecto con vosotros. Con TODOS vosotros.